
NUEVA YORK (AP) — Hartos de las infracciones menores, el escándalo nocturno de tambores y el olor de desechos humanos, además de ver las flores y el césped pisoteados, policía y vecinos están perdiendo la paciencia con algunas de las protestas en contra de Wall Street en ciudades de Estados Unidos.
En Oakland, California, policía en indumentaria antimotines disparó el martes gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a unos 170 manifestantes que acampaban enfrente al Ayuntamiento desde hacía dos semanas. Unas 75 personas fueron arrestadas.
Negocios y residentes cercanos al parque Zuccotti en Nueva York, la sede no oficial del movimiento que empezó a mediados de septiembre, piden que se haga algo para evitar que los cientos de manifestantes se orinen en la calle y hagan ruido a todas horas.
"Muchos turistas que vienen de sus hoteles les da asco y están decepcionados cuando ven esto", dijo Stacey Tzortzatos, gerente de una tienda de sándwiches cerca del parque Zuccotti. "Espero por el bien de la ciudad que el alcalde acabe con esto".
Tzortzatos se quejó de que las decenas de manifestantes que usan su baño dañaron el lavabo causando una inundación, y que las barricadas policíacas impiden que su clientela habitual llegue a comer.
En Filadelfia, funcionarios de la ciudad han estado esperando casi dos semanas para que la manifestación en esa ciudad responda una carta que tiene una lista de cuestiones de seguridad y salud pública.
El administrador de la ciudad Richard Negrin dijo que los funcionarios no pueden esperar más para atender esos peligros como fumadores en pequeñas tiendas de campaña, la disposición de la acampada que obstruye el acceso de emergencia y la exposición de desechos humanos.
"No nos pueden ignorar indefinidamente", dijo Negrin el martes. "Cada día que no atienden estos asuntos de seguridad pública se incrementa el riesgo".
En Nueva York, la mesa directiva del vecindario programó una reunión el martes para votar sobre una resolución que propone poner retretes portátiles financiados por la gente local, dijo Julie Menin, cabeza de la mesa directiva. La resolución también solicitaría que el ruido provocado por el soplido de cornetas de aire y cantos en grupo, se limiten a dos horas durante el día.
Según Menin, el vecindario no cree que los manifestantes deban ser desalojados. "No queremos que la ciudad utilice la fuerza de ninguna manera", dijo. "Y creemos que es posible atender los problemas de calidad de vida".
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